Hace año y medio muchos se reían al ver en la tele las imágenes de Wuhan con las calles vacías, ocupadas solo por hombres y mujeres desinfectando aceras, bancos o papeleras. No me incluyo porque yo era de las ‘exageradas’, de las que decían en casa que había que comprar alcohol y mascarillas por si acaso. Más de uno se rio de mí… y mira lo que nos esperaba. Puede que viera las orejas al lobo porque seguí de cerca las crónicas de Mavi Doñate, corresponsal de Televisión Española en Asia Pacífico.
Mavi se llevó un Premio Ondas a mejor presentadora por el trabajo de esos meses. Un trabajo lleno de obstáculos porque ser periodista en China no es fácil. “A los periodistas extranjeros nos agotan la paciencia. No solicitan nada de lo que pedimos. Si te lanzas sin ese permiso te puedes encontrar desde una mano en la cámara a que amablemente, que es el extremo más cómodo, te digan que abandones el lugar en el que estás, te siguen para ver si realmente sales de un barrio… Es incómodo no poder hacer tu trabajo, no poder acceder a fuentes, no poder rodar, no poder hacer nada de lo que ellos no crean o consideren que se debe hacer”. Cuenta Mavi en el primer capítulo del podcast La tele por dentro.
¿Qué hay que hacer para ser corresponsal?
Mavi es de Zaragoza, allí empezó en medios locales. Hace veinte años entró en la tele pública a través del 24H, cuando el canal daba sus primeros pasos. “Mi sueño siempre había sido ser reportera de guerra o corresponsal. Realmente confieso que cuando me llegó el momento yo había abandonado la idea porque siempre me caía de la lista. Pensaba que si no salía era porque no tenía que ser, yo era feliz haciendo mi información en Madrid, hacía tribunales y sucesos y me encantaba. Pero de repente un día se dio la circunstancia y aquí estoy”.
Eso fue hace ya cinco años. En este tiempo también nos ha contado grandes acontecimientos como la cumbre entre el expresidente de Estados Unidos Donald Trump y el líder norcoreano Kim Yong-un o el rescate de aquellos niños de un equipo de fútbol que quedaron atrapados en una cueva de Tailandia. Pero antes de poner rumbo a Pekín, Mavi ya había sido enviada especial a Perú o Nepal y dentro de nuestras fronteras al terremoto de Lorca o los atentados del 11M.
Pero… ¿qué hay que hacer para ser corresponsal? Pues según Mavi lo primero es invertir tiempo en aprender idiomas, “aunque no lo utilicemos en España: inglés, francés… nunca es tarde para aprender chino o alemán”. Y por supuesto, poner ilusión en lo que haces, asegura.
Primera invitada de La tele por dentro
Escribí a Mavi justo antes del primer aniversario del inicio de la pandemia. Me dijo que se iba a Wuhan de rodaje pero que sacaba un hueco para hacer la entrevista. Quedamos una mañana para mí, ya casi de noche para ella. Llevaba todo el día trabajando y sus compañeros estaban esperando para cenar algo juntos, pero aun así me atendió.
Mavi fue encantadora, contestó a todas mis preguntas, se preocupó por la calidad de la grabación, se interesó por mi proyecto y por mí también. El consejo que nos dio Mavi al final de la entrevista lo tengo presente casi a diario. No solo sirve para periodistas, también para cualquiera que esté luchando por cumplir un sueño. “Nunca penséis que lo que tenéis que hacer en un momento determinado es menos importante que lo que aspiráis a ser, porque lo importante es el camino y no la meta, no es bueno correr. Hay que trabajar mucho e intentar ser mejores cada día, pero sin compararnos con el que está al lado, solo con nosotros mismos”.

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