Seguro que alguna vez, viendo la tele, te has preguntado: ¿ese modelito es suyo?, ¿se lo regalan?, ¿lo eligen ellos?, ¿se lo quedan después?… Pues, salvo excepciones, la respuesta para todas estas preguntas es NO. Lo sé porque yo misma se lo pregunté a Raúl Amor, estilista de Televisión Española, en el capítulo del podcast La tele por dentro, en el que nos cuenta cómo es el camerino de la tele.
Raúl empezó arquitectura, lo de diseñador en su casa sonaba a poco. A los dos años dejó la carrera y convenció a sus padres para que le dejaran estudiar diseño. Pero pronto se da cuenta de que lo que más le gusta de la moda es crear. Antes de entrar en TVE, estuvo varios años haciendo vestuarios para teatro, series de televisión, programas… Raúl tiene claro que la ropa es un complemento que no puede desviar la atención de lo verdaderamente importante, el mensaje.
Potenciar lo bonito y tapar lo feo
Raúl elige cinco looks a la semana, 22 al mes y 300 al año, por cada una de las personas que viste en la tele. Lo que para muchos es un placer, para él, irse de compras, es una auténtica odisea. Antes de hacer ese trabajo de búsqueda, tiene que conocer bien los gustos de esa persona.
“Cuando conozco a una presentadora lo primero que hago es decir: Nunca jamás quiero que salgas con algo que no te gusta, prefiero que me lo tires a la cara pero no quiero que se te olvide el texto porque estás pendiente de que el botón te tira o de que el cuello te roza… Quiero que cuando salgas ahí te sientas super segura y te olvides de lo que llevas puesto”, cuenta en la entrevista.
Las normas para ir bien vestido en la tele, asegura, sin casi las mismas que en la vida real. “El acierto seguro es ir a lo clásico, a lo no estridente, digamos a no arriesgar. Todo lo que sea demasiado ancho, estrecho, largo, corto, sobrio… A mí los ‘demasiados’ no me gustan. Lo prohibido es lo que es inadecuado moralmente, como un jersey de cuello vuelto negro si tú tienes un fondo negro”.
Después de tantos años, es difícil elegir un look. Está orgulloso del que diseñó para la cantante Barei, para Eurovisión 2016, millones y millones de personas lo vieron y por lo menos dice, no fue nominada al premio a la peor vestida. Pero sin embargo se queda con los estilismos que diseñaba a Maraví Bilbao o Lina Morgan.

El confesionario de la tele
Por las manos de Raúl han pasado las caras más conocidas de la pequeña pantalla, actrices, actores, presentadores/as, cantantes… Por sus manos y por su confesionario, porque a veces el camerino de la tele es el lugar perfecto para desnudarse por fuera y por dentro.
“Cuando estás en un camerino es un momento muy íntimo, estamos tú y yo y te estás desnudando literalmente. Y al desnudar el cuerpo me estás enseñando cómo eres, con todo eso que siempre ocultamos porque es lo que no queremos que vean los demás… Si yo contará… pero jamás, me siento más que un cura y más que un médico, secreto hasta la muerte”. (Bueno, algún secretillo se le escapó en la entrevista).
Raúl recuerda con mucho cariño a una de las actrices que más nos ha hecho reír, Lina Morgan. “Me decía: ‘búscame una blusa muy fea, una falda muy fea y todo muy feo’. Y yo se lo buscaba y cuando se lo ponía me decía ‘¿es que no te das cuenta de que voy mona?… todo es muy feo, pero tú haces un conjunto muy mono’… Me quedo con esos momentos”.
Hay una regla básica sobre el vestuario que Raúl desvela al final de la entrevista, una que siempre cumplía Lina Morgan porque, ella era capaz de subirse a un escenario y olvidarse de lo que pensaran los demás. Si quieres descubrirlo aquí tienes el capítulo completo. Coge papel y boli, este podcast es una auténtica clase magistral de estilismo, llena de anécdotas y recuerdos que Raúl ha querido compartir con todos nosotros.

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